jueves, 20 de julio de 2017

La verdad sobre la muerte de Miguel Blesa



Frente a la turbamulta de rapapolvos, bromas sangrientas y paranoias conspirativas que ha desatado el misterioso fallecimiento de Miguel Blesa, me permito desvelar la verdad sobre su muerte, algo que, con independencia de lo que realmente haya sucedido, es de una certeza inmutable, es decir, que no cambiaría a la luz de tal o cual acontecimiento o demostración forense.

La verdad sobre la muerte de Miguel Blesa es que la ambición desmedida por acumular dinero sucio es el detonante y la espoleta de un sinfín de muertes y desgracias, algo de lo que muchos pensadores, literatos, ascetas y siervos de Dios nos llevan advirtiendo desde los albores de nuestra existencia.

Enseñanza de Séneca sobre la ambición desmedida por acumular dinero sucio, en su texto De la brevedad de la vida

Un buen ejemplo o verbigracia de ello es cuando Séneca, en su magnífico texto De la brevedad de la vida (que forma parte de su obra Diálogos), brindó a la humanidad la reflexión de que el culto a la posición social y a las riquezas trae consigo sangrientas y horripilantes consecuencias.

El citado pensador incluye, en este mismo escrito, el contenido de una carta que César Augusto remitió al Senado, en la que hizo un elogio del tiempo libre anhelado frente al desgaste que le generaba su grandeza, frente a los disgustos que le provocó su resplandeciente cúmulo de riquezas, el cual le empujó a enristrar las armas contra  compatriotas, amigos y familiares, a apilar cadáveres en numerosos confines de la Tierra por culpa de sus ambiciones imperiales y a granjearse feroces e intrépidos enemigos como Lépido y Cepión (este último, más conocido como Bruto, pieza fundamental en su asesinato).  
    
Enseñanza de Esopo sobre la ambición desmedida por acumular dinero sucio, en la fábula de La gallina de los huevos de oro 

La célebre fábula de La gallina de los huevos de oro, ideada por el genial Esopo, merece un espacio de primer orden para dar un porqué al fúnebre suceso que nos ocupa.

En este celebérrimo cuento, Esopo relató cómo un hombre, admirado por una gallina que ponía, día tras día, huevos de oro, los cuales le brindaban la posibilidad de enriquecerse, decidió, cegado por la ambición, destripar al animal, puesto que pensaba que si producía huevos dorados, era porque sus tripas escondían una impresionante máquina de producir oro. Tras hacer caso a su instinto y sajar a la gallina, se topó con la sorpresa de que su estómago era como el de cualquier otra de su especie, por lo que se quedó sin nada que le permitiera amasar ni el más mínimo ápice de fortuna.

La moraleja de esta historieta es que la avaricia rompe el saco, ya que si no hubiese sacado las tripas a la gallina, ésta le hubiera seguido procurando riquezas con sus huevos de oro, pero le pudo la codicia y fue demasiado lejos.

Enseñanza de Antoine de Saint-Exupéry que cuestiona el porqué de acumular riquezas, en su obra El principito

Antoine de Saint-Exupéry, en su novela El principito, transmite el mensaje, en uno de los episodios del relato, de cómo algunos hombres que dedican casi todo su tiempo a acumular riquezas, llega un momento en el que no saben por qué lo hacen, en el que son incapaces de responder a este interrogante de manera convincente.

De Saint-Exupéry narra la experiencia del protagonista de esta obra y de su compañero El principito en el cuarto de los seis planetas que juntos visitan.

Dentro del mismo, se encuentran a un hombre de negocios obsesionado con contar las estrellas y que se autoproclama dueño de todas ellas. El principito, tras avasallarle con preguntas sobre el porqué de su conducta, el otro sólo sabe responderle que para hacer fortuna, sin darle una razón de mayor profundidad filosófica.

Una lección que demasiados "workaholics" deberían aprender, tanto por su bien, como por el de quienes les rodean.

Enseñanza de Gordon Gekko, antagonista del protagonista en la película Wall Street, sobre la ambición desmedida por acumular dinero sucio

El capitalista salvaje y sin escrúpulos Gordon Gekko, personaje antagonista de la película Wall Street, explica al protagonista cómo teledirigir la economía desde lo alto de un rascacielos, en tu propio beneficio y a base de hundir otros negocios, es el causante de gran número guerras.

Enseñanza del Evangelio sobre la ambición de acumular riquezas

El santo Evangelio según San Lucas 16, 9-15 enseña que no se puede servir a dos señores, que son Dios y el dinero.  

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