Frente a la turbamulta de
rapapolvos, bromas sangrientas y paranoias conspirativas que ha desatado el
misterioso fallecimiento de Miguel Blesa, me permito desvelar la verdad sobre
su muerte, algo que, con independencia de lo que realmente haya sucedido, es de
una certeza inmutable, es decir, que no cambiaría a la luz de tal o cual
acontecimiento o demostración forense.
La verdad sobre la muerte de
Miguel Blesa es que la ambición desmedida por acumular dinero sucio es el
detonante y la espoleta de un sinfín de muertes y desgracias, algo de lo que
muchos pensadores, literatos, ascetas y siervos de Dios nos llevan advirtiendo
desde los albores de nuestra existencia.
Enseñanza de Séneca sobre la
ambición desmedida por acumular dinero sucio, en su texto De la brevedad de la vida
Un buen ejemplo o verbigracia de
ello es cuando Séneca, en su magnífico texto De la brevedad de la vida (que forma parte de su obra Diálogos), brindó a la humanidad la
reflexión de que el culto a la posición social y a las riquezas trae consigo
sangrientas y horripilantes consecuencias.
El citado pensador incluye, en
este mismo escrito, el contenido de una carta que César Augusto remitió al
Senado, en la que hizo un elogio del tiempo libre anhelado frente al desgaste
que le generaba su grandeza, frente a los disgustos que le provocó su
resplandeciente cúmulo de riquezas, el cual le empujó a enristrar las armas
contra compatriotas, amigos y familiares,
a apilar cadáveres en numerosos confines de la Tierra por culpa de sus
ambiciones imperiales y a granjearse feroces e intrépidos enemigos como Lépido
y Cepión (este último, más conocido como Bruto, pieza fundamental en su
asesinato).
Enseñanza de Esopo sobre la
ambición desmedida por acumular dinero sucio, en la fábula de La gallina de los huevos de oro
La célebre fábula de La gallina de los huevos de oro, ideada
por el genial Esopo, merece un espacio de primer orden para dar un porqué al
fúnebre suceso que nos ocupa.
En este celebérrimo cuento, Esopo
relató cómo un hombre, admirado por una gallina que ponía, día tras día, huevos
de oro, los cuales le brindaban la posibilidad de enriquecerse, decidió, cegado
por la ambición, destripar al animal, puesto que pensaba que si producía huevos
dorados, era porque sus tripas escondían una impresionante máquina de producir
oro. Tras hacer caso a su instinto y sajar a la gallina, se topó con la
sorpresa de que su estómago era como el de cualquier otra de su especie, por lo
que se quedó sin nada que le permitiera amasar ni el más mínimo ápice de
fortuna.
La moraleja de esta historieta es que la avaricia rompe el saco, ya que si no hubiese sacado las tripas a la gallina, ésta le hubiera seguido procurando riquezas con sus huevos de oro, pero le pudo la codicia y fue demasiado lejos.
La moraleja de esta historieta es que la avaricia rompe el saco, ya que si no hubiese sacado las tripas a la gallina, ésta le hubiera seguido procurando riquezas con sus huevos de oro, pero le pudo la codicia y fue demasiado lejos.
Enseñanza de Antoine de
Saint-Exupéry que cuestiona el porqué de acumular riquezas, en su obra El principito
Antoine de Saint-Exupéry, en su
novela El principito, transmite el
mensaje, en uno de los episodios del relato, de cómo algunos hombres que
dedican casi todo su tiempo a acumular riquezas, llega un momento en el que no
saben por qué lo hacen, en el que son incapaces de responder a este
interrogante de manera convincente.
De Saint-Exupéry narra la
experiencia del protagonista de esta obra y de su compañero El principito en el
cuarto de los seis planetas que juntos visitan.
Dentro del mismo, se encuentran a un hombre de negocios obsesionado con contar las estrellas y que se autoproclama dueño de todas ellas. El principito, tras avasallarle con preguntas sobre el porqué de su conducta, el otro sólo sabe responderle que para hacer fortuna, sin darle una razón de mayor profundidad filosófica.
Una lección que demasiados "workaholics" deberían aprender, tanto por su bien, como por el de quienes les rodean.
Dentro del mismo, se encuentran a un hombre de negocios obsesionado con contar las estrellas y que se autoproclama dueño de todas ellas. El principito, tras avasallarle con preguntas sobre el porqué de su conducta, el otro sólo sabe responderle que para hacer fortuna, sin darle una razón de mayor profundidad filosófica.
Una lección que demasiados "workaholics" deberían aprender, tanto por su bien, como por el de quienes les rodean.
Enseñanza de Gordon Gekko,
antagonista del protagonista en la película Wall
Street, sobre la ambición desmedida por acumular dinero sucio
El capitalista salvaje y sin
escrúpulos Gordon Gekko, personaje antagonista de la película Wall Street, explica al protagonista
cómo teledirigir la economía desde lo alto de un rascacielos, en tu propio
beneficio y a base de hundir otros negocios, es el causante de gran número
guerras.
Enseñanza del Evangelio sobre
la ambición de acumular riquezas
El santo Evangelio según San Lucas 16, 9-15 enseña que no se puede servir a dos señores, que son Dios y el dinero.
Atesorar riquezas para el cielo
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