viernes, 16 de marzo de 2018

La carta de un católico a Stephen Hawking que ha revolucionado las redes sociales

Con motivo de la muerte de Stephen Hawking, ateo declarado y militante, querría, al igual que hizo el Papa Francisco, lanzar una plegaria al Cielo para que el Señor, lento a la cólera y rico en piedad, derrame su infinita misericordia sobre el alma de este físico, del cual no es descartable que se hubiese arrepentido en el crepúsculo de su vida, como han hecho muchas personas hostiles a Dios a lo largo de la historia, entre ellos, nada más y nada menos que el primer santo, el Buen Ladrón, además de Voltaire y Napoleón Bonaparte, Dolores Ibárruri (alias “La pasionaria”) y con indicios de que Santiago Carrillo pudiese haber optado, también, por este camino de salvación. 

Hecha esta introducción y después de haber sufrido desalentadoras y dolorosas dudas de Fe, querría compartir reflexiones de mentes brillantes que han contribuido decisivamente a mantener mi mano agarrada a la de Dios, para dejarme arrullar por los brazos de la bienaventurada Virgen María, y no caer, como Nietzsche y mucha gente, en la desesperación de no creer en nada. Un sacerdote premio fin de carrera en Teología con el que conversé me dijo que no descartase que estas dudas de Fe las hubiese fabricado el Altísimo para despertar en mí la sana inquietud de querer profundizar en ella y creo, con el paso del tiempo, que este sabio hombre ha dado rotundamente en el clavo.

Lista abundante de prominentes científicos católicos, sacerdotes y fieles, que han inventado cosas decisivas para la historia de la humanidad: 

Por obra y gracia de y gracias a la revista católica Religión en libertad, he dado con un colosal, majestuoso y legendario libro llamado Ciencia y fe católica: de Galileo a Lejeune, escrito por el doctor de ingeniería y profesor de universidad Ignacio del Villar, en el que el autor despliega, con inigualable destreza y maestría, una lista de científicos católicos, de tanto sacerdotes como fieles, que han inventado cosas decisivas para la historia de la humanidad. 

Entre los científicos católicos decisivos para la historia de la humanidad merecen una posición honorable y una tribuna privilegiada Alessandro Volta, inventor de la pila eléctrica, el químico Louis Pasteur, creador de la microbiología y de la pasteurización, el genetista Jeróme Lejeune, quien descubrió la verdadera causa de las personas con síndrome de down y que se encuentra en proceso de beatificación, el sacerdote belga Georges Lemaítre, padre de la teoría del “big ban” o de la “gran explosión” (conciliable con la doctrina católica si nos acogemos a la primera y segunda vía de Santo Tomás de Aquino, es decir, a la del primer motor inmóvil y a la de la primera causa), el polaco Nicolás Copérnico, padre de la astronomía moderna a través de su teoría heliocéntrica, el jesuita Grimaldi, descubridor de la difracción de la luz, el también jesuita Riccioli, primero en medir la aceleración de los cuerpos en caída libre, otro jesuita como Ruder Boscovich, la persona que dio la primera descripción coherente de la teoría atómica, Nicolás Steno, uno de los fundadores de la estratigrafía y la geología moderna, y George Mendel, padre de la genética.  

La lista de científicos notables no está exenta de mujeres. Voy a comenzar por citar a María Gaetana Agnesi, la “matemática de Dios”, quien escribió el primer libro completo de cálculo, “el tratado más completo, el mejor que se ha hecho en este género”, tal y como decretó la Real Academia de Ciencias de París

También, tenemos a la física Laura Bassi, la primera catedrática de la historia, en la Universidad de Bolonia, quien demostró la no universalidad de la Ley de Boyle, pieza clave en la difusión del newtonianismo (corriente creada por el cristiano y celebérrimo o archiconocido Isaac Newton), profesora del sacerdote católico Lázaro Spallanzzani, científico determinante en el desarrollo de la microbiología, madre de 12 hijos, enaltecida o loada incluso por el anticlerical de Voltaire y esposa del reputado físico Giuseppe Veratti, cuyo gran mérito fue aplicar la electricidad a la medicina, amén de ser doctor en dicha disciplina –medicina- y profesor de filosofía natural en la mencionada Universidad de Bolonia; por cierto, antes de que se me olvidara, fue católico, al igual que su mujer y que sus compañeros de experimentos el Padre Beccaria y el Abad Nollet

Además, gozamos en nuestro haber de catolicidad de la anatomista Anna Morandi Manzolini, la tercera mujer del siglo XVIII que impartió clases en la aludida Universidad de Bolonia

Frases de premios nobel de física que no entienden la ciencia sin la existencia de Dios

Mi tratado de apologética no ha hecho más que empezar. Ahora, voy a exponer elevadas reflexiones y cavilaciones de una inabarcable profundidad provenientes de Santo Tomás de Aquino, de premios nobel de física, algunas de estas últimas extraídas del libro Dios en el laboratorio, 53 científicos Nobel que armonizaron fe y razón, escrito por Jacinto Peraire Ferrer, y otras tantas sacadas del artículo Frases de ciencia y fe por ganadores del premio nobel, publicado por la revista Catholic Link

Frases de premios nobel de física que pensaron que poca ciencia te aleja de Dios y que mucha te acaba acercando a Él

A la sazón, querría recordar que la mayor parte de los grandes científicos de la historia llegaron a la misma conclusión que Louis Pasteur, padre de la microbiología y creador de la pasteurización, el cual sentenció que “un poco de ciencia te aleja de Dios, pero mucha ciencia te devuelve a Él”. Algo muy parecido señaló el premio nobel de física Werner Karl Heisenberg cuando dijo: “El primer trago de la copa de las ciencias naturales te volverá ateo, pero, en el fondo de esa copa, te espera Dios”. 

Joseph Taylor, premio nobel de física en 1993 por descubrir el primer púlsar binario, afirmó que "no hay conflicto entre la ciencia y la religión; nuestro conocimiento de Dios se hace más grande con cada descubrimiento que hacemos sobre el mundo".

El premio nobel de física Peter Grünberg indicó algo similar y lo hizo en estos términos exactos: “Yo creo que existe más de lo que podemos ver, sentir, etcétera, o descubrir con los instrumentos de la ciencia. Pero esta es una sensación corroborada por muchos detalles de mi experiencia personal y por eso, es imposible compartirla o comunicarla”. 

Frases de premios nobel de física que admitieron que la ciencia respondía al cómo de las cosas, pero no al porqué

Un sinnúmero de científicos aventajados llegaron a la misma conclusión que Santo Tomás de Aquino en su tercera vía, la de la contingencia y del ser necesario, basada en que lo único que da respuesta a que haya seres que existan pudiendo no existir (seres contingentes) es que exista un ser necesario, Dios, creador de dichos seres, ya que, en caso contrario, lo posible no sería más que posible. De esta reflexión, se desprende que la ciencia sólo es capaz de responder al cómo de las cosas, a su funcionamiento, pero no al porqué, a por qué fueron creadas y a por qué no, y es ahí, donde entran la filosofía y sobre todo, la teología. 

El premio nobel de física Arthur L. Schawlow comparte esta conclusión elevada y a su vez, de una lógica implacable, con estas palabras: “Me parece que al encontrarse uno frente a frente con las maravillas de la vida y del universo, debe preguntarse por qué no y no simplemente cómo. Las únicas respuestas posibles son de orden religioso… Tanto en el universo como en mi propia vida tengo necesidad de Dios”. 

El premio nobel de física William D. Philips, galardonado por su trabajo con láseres, dedujo que “no hay ninguna buena razón científica de por qué el universo no debió haber sido diferente”. 

El premio nobel de física Robert Aumann vino a decir lo mismo cuando manifestó que “la descripción del mundo está hecha de modelos, pero el mundo no es un modelo”.

Frases de premios nobel de física en las que, tras ver cómo varias cosas son causa de la otra y de la de más allá, después de investigar el complicadísimo galimatías del origen y funcionamiento de todo, admitieron que tenía que haber una primera causa inteligente y primer motor, Dios, que haya creado esto

Un quilométrico etcétera de científicos prominentes y prodigiosos alcanzaron la misma conclusión que Santo Tomás de Aquino en su primera vía, la del movimiento en sentido aristotélico, y la segunda, la de las causas eficientes.  

La primera vía de Santo Tomás de Aquino, la del movimiento en sentido aristotélico, consiste en que tiene que existir un primer motor inmóvil, porque la sucesión de iniciadores de movimiento no pueden ser infinita, ha de haber algún momento en el que todo hubiese empezado. 

La segunda vía de Santo Tomás de Aquino es la de las causas eficientes, en la que viene a decir que como todo es el efecto de una causa, de algo anterior, porque nada es causa eficiente de sí mismo, tiene que existir una primera causa de todo. En mi humilde y limitada opinión, veo que no hay mucha diferencia entre esta teoría y la desarrollada en el párrafo anterior.

El premio nobel de física Max Planck habló de una primera fuerza que lo mueve todo, conclusión idéntica a la del primer motor y a la de la primera causa de Santo Tomás. Este genio  comunicó su teoría de la siguiente manera: “Toda la materia tiene origen y existe sólo en razón de la propia fuerza, la cual hace vibrar las partículas atómicas y las tienes juntas como un minúsculo sistema solar dentro del átomo. Así, detrás de esta fuerza debemos suponer un espíritu inteligente y consciente; este espíritu es el fundamento de toda materia”.  

Hacia esta misma dirección, también, se inclinó el premio nobel de física Arno Allan Penzias cuando adujo que “la astronomía nos lleva a un evento único, un universo único que ha sido creado de la nada, con un delicado equilibrio necesario para ofrecer condiciones las exactas para el surgimiento de la vida; en ausencia de un incidente absurdamente improbable, las observaciones de la ciencia moderna parecen sugerir una dimensión sobrenatural”. 

Frases de Albert Einstein, de premios nobel de física y de química que hablan de que no es posible entender la vida sin misterios divinos, realidad que la ciencia no es capaz de abarcar

Albert Einstein llegó a conclusiones muy similares a estas de Santo Tomás al ver cómo, detrás de tantas leyes científicas de las cosas, tan complicadas y entrelazadas entre sí, tiene que haber un origen inteligente llamado Dios y un inmenso cúmulo de misterios provenientes de su acción creadora. Existe un extenso elenco de frases en el haber de este científico que son una prueba de ello, oraciones como las siguientes, recopiladas por la revista católica Aleteia: “La ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega”, “la escalera de la ciencia es el escalón de Jacob, no se termina sino a los pies de Dios”, “la experiencia más hermosa que podemos tener es la sensación de misterio, quien jamás ha conocido esta emoción tiene los ojos cerrados”, “sólo hay dos maneras de vivir tu vida; uno de ellos es como si nada fuese un milagro; la otra es como si todo fuera un milagro”, “el azar es el camino que utiliza Dios cuando actúa de incógnito”. 

El premio nobel de física Carlo Rubbia (descubridor del bolsón W y Z), admirado tras estudiar la inmensidad del cosmos, el orden que reina en el mismo y la belleza que desprende, el número de galaxias y la existencia de partículas elementales, no tuvo otro remedio que aducir: “Como observador de la naturaleza, no puedo evitar pensar que existe un orden superior; la idea de que todo es el resultado de la fortuna o de la pura diversidad estadística, para mí, es completamente inaceptable”. 

Richard Smalley, premio nobel de química, descubridor de los fulerenos y considerado como “el padre de la nanotecnología”, reconoció que “el propósito de este universo es algo que sólo Dios sabe con certeza, pero es cada vez más claro para la ciencia moderna que el universo fue exquisitamente afinado para permitir la vida humana”.

Lista de astronautas que reforzaron su Fe en Dios tan quedarse fascinados con la belleza de las estrellas

La arrobadora belleza de las estrellas y su resplandeciente fulgor reforzaron la Fe en Dios de los astronautas Josu Feijoo, Buz Aldrin, Frank Borman, Jim Lovell, Bill Anders, Alan Shepard, James Irwin y John Geen

Este modo de acrecentar la Fe coincide con la teoría del pensador católico e inglés G.K. Chesterton fundada en que se puede llegar a Dios a través de la belleza.

El Milagro de la Virgen de Guadalupe: una gigantesca y descomunal suma de causalidades que no se pueden probar científicamente y que hacen evidente una intervención de Dios

Tal y como recogen numerosos archivos y documentos históricos del Vaticano, en la mitad del siglo XVI, la Virgen María se le apareció cuatro veces a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro guadalupano del Tepeyac y le ordenó que informase de lo sucedido al entonces Obispo de México, Juan de Zumárraga.  

El Obispo Juan de Zumárraga, con un virtuoso sentido de la prudencia, comenzó por no creer a Juan Diego, hasta que en la cuarta y última de las apariciones, la Virgen María le ordenó que guardase en su tilma, prenda que utilizaba para cubrirse, unas flores cortadas del cerro del Tepeyac.

Juan Diego se presentó por cuarta vez consecutiva ante el Obispo Juan de Zumárraga, abrió su tilma, de la misma cayeron las flores cortadas en el Tepeyac, en una época del año en la que no podían emerger esta clase de plantas en dicho cerro, y en la misma tilma, apareció impresa la imagen de la Virgen María con un estilo de bordado imposible de realizar con materiales humanos. 

Pero esto no acaba aquí, sino que no ha hecho más que empezar. Monseñor Eduardo Chávez y Carl Anderson, en su libro Nuestra Señora de Guadalupe: Madre de la Civilización del amor, revelan un sinfín de pormenores que dejan sobradamente claro que no se pueden probar científicamente. 

Explica Monseñor Eduardo Chávez, en su magnífica obra, que no tiene una explicación científica que el material de la tima de Juan Diego tenga una duración aproximada de 8 años y que lleve cerca de 500 años intacta, como si el tiempo no hubiese pasado por encima, por debajo, ni por el centro de ella. A esto, cabe añadir que la tela estuvo expuesta 116 años sin ningún género de protección y que, aún así, no sufrió daño alguno. 

Monseñor Eduardo Chávez revela que, en 1666, un equipo español de expertos de arte sentenciaron que sobre una superficie tan tosca como la tilma de Juan Diego no pudo haber sido pintada una imagen de tal perfección, y que la única razón que explica este fenómeno se llama Dios.  

Este libro, también, explica que, en 1785, se hizo la prueba de derramar ácido sulfúrico sobre la tilma de Juan Diego. ¿Cuál fue el resultado de este experimento? El lienzo no quedó lesionado, sino que tan solo dejó una mancha opaca sobre la imagen.

Otro dato a tener en cuenta que muestra este libro es que, en 1921, en plena ebullición de la famosa persecución religiosa de México, un desdichado puso una bomba a los pies de la tilma. ¿Qué sucedió tras la colocación del artefacto explosivo? El altar, el crucifijo de la iglesia en la que se encontraba y los candelabros quedaron hechos añicos, pero ¡La tilma no sufrió ningún rasguño!. Y todavía, quedan unas cuantas anécdotas más. 

El libro cuenta que, en la imagen de la Virgen María impresa en la tilma de Juan Diego, hay 46 estrellas colocadas de una determinada manera. Pues bien, tanto el número como la posición de las mismas y de las constelaciones coinciden con las que se veían en el cielo sobre la ciudad de México en la fecha exacta del día en el que la imagen de la Virgen quedó grabada en aquella tela, el 12 de diciembre de 1531. 

Otra sorprendente causalidad irrefutable a nivel científico explicada en el libro de Monseñor Eduardo Chávez: el Doctor Phillip Callahan, en 1979, tras tomar hasta 40 fotos infrarrojas de la estampa de la Virgen María impresa en la tilma de Juan Diego, concluyó que esta imagen no ha podido ser creada por humanos. 

Otra alucinante causalidad indemostrable desde un punto de vista científico es que, después de que se digitalizasen las imágenes de las que he hablado en el párrafo anterior, se descubrió que, extendiendo el zoom a las pupilas de la estampa de la Virgen María, se pueden ver a 13 personas en el reflejo de sus ojos, imposibles de haber sido pintadas puesto que su tamaño es remarcadamente microscópico, ya que, como acabo de señalar, se han logrado apreciar tras extender el zoom hasta ellas de manera digital. 
   
Aún no he terminado. El libro, también, recuerda que, en 1950, varios oftalmólogos examinaron los ojos de la Virgen María estampada en la tilma de Juan Diego, y todos coincidieron en que los ojos tienen las mismas características a las de un ojo humano vivo. 

Último dato que te dejará anonadado: la tilma se conserva a una temperatura constante de 36,5 grados, la misma que la de un cuerpo humano en las mejores condiciones de salubridad, y eso teniendo en cuenta, para colmo, que está colocada sobre una placa metálica que se encuentra en torno a unos 15 grados. 

Los secretos que la Virgen María anunció a tres niños en Fátima hasta antes de ahora se han cumplido a rajatabla, sucesos que ningún augur humano sería capaz de vaticinar o pronosticar

El 13 de mayo de 1917, la Virgen María se apareció en Fátima, un pequeño pueblo de Portugal, a tres niños llamados Lucía, Francisco y Jacinta (ésta, hermana del segundo), los cuales eran pastorcillos de ovejas. 

En los meses siguientes y cercanos a esta aparición, la Virgen María se les volvió a aparecer sucesivas veces, revelándoles varias cosas que ocurrirían tanto en un futuro cercano como en otro más lejano.

Lo que llama poderosamente la atención de esto es que los secretos anunciados por la Virgen María hasta antes de ahora se han cumplido a rajatabla, sucesos que ningún augur humano sería capaz de vaticinar o pronosticar. 

Para abrir boca, cabe considerar que Lucía pidió a la Virgen que le llevara al Cielo junto a los otros dos pastorcillos, y María le respondió que a Jacinta y a Francisco se los llevaría en breve, y que a ella la traería consigo más tarde para que cumpliese, en vida, la misión que Dios le tenía encomendada. ¿Qué ocurrió a este respecto? Se cumplió lo anunciado de manera asombrosa. Francisco falleció dos años después, en 1919, Jacinta en 1920, ambos de forma completamente natural, y Lucía, en cambio, vivió hasta el 13 de febrero de 2005.

La más significativa de las apariciones ha sido, hasta el momento, la del 13 de julio de 1917, la de dos meses después de la primera, día en el que la Virgen comenzó mostrando el infierno a los pastorcillos, en el que les advirtió de que éste es el lugar al que van las almas de los pobres pecadores y en el que les transmitió que, para salvarlos, Dios quería establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón.

Ahora, cuento lo mejor de todo: tras alertarles de este peligro, María  avanzó el final de la I Guerra Mundial, y ésta, escasos meses después, terminó. Anunció que, en el pontificado del Papa Pío XI, empezaría otro conflicto armado más desorejado, y justo el mismo año que su papado fue relevado por el de Pío XII, comenzó la II Guerra Mundial. Advirtió de que, si Rusia no se convertía al Inmaculado Corazón, esparciría guerras por el mundo y persecuciones a la Iglesia, y se cumplió, al poquísimo tiempo, la profecía con la celebración de la Internacional Comunista y el nacimiento de la Unión Soviética. 

Párrafo final del artículo:

Podría hacer que te cayeras de espaldas tras desplegar la innumerable lista de Milagros reconocidos del Padre Pío y después de abordar la cuestión de la Sábana Santa, pero prefiero dejar todo esto para posteriores artículos y para el momento en el que eleve a libro la suma o aritmética de mis escritos apologéticos. Por cierto, no te olvides de compartir este texto con tus amigos, ya que lo he redactado con inefable cariño, la mejor de las intenciones e infatigable, ímprobo y denodado esfuerzo y dedicación.  

2 comentarios:

  1. Vas de intelectual usando vocablos decimonónicos, usando teorías que no son tuyas, citando argumentos del Padre Loring y quitarías la fe hasta a una pobre abuela palentina de misa diaria.
    Tu exhibicionismo frívolo diario, tu vanidad adolescente, tu analfabetismo patente, tu trabajo estéril, colgando cuatro chorradas diarias, que estás en HH por enchufe, es sólo un ejemplo de porqué España está partida en dos.

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